La mayor disposición de recursos en los estratos medios y bajos y el hecho de ser una alternativa para quienes no alcanzan a tener el presupuesto requerido para comprar una vivienda nueva son los principales factores que han llevado a que los inmuebles usados sigan registrando una dinámica importante, paralela al mercado de vivienda nueva, que naturalmente se traduce en su precio.
Según las estadísticas del Banco de la República, durante el primer trimestre del año el índice del precio de las soluciones habitacionales de segunda o tercera tuvo una variación del 4,4 por ciento real (con la inflación ya descontada), luego de registrar durante el cuarto trimestre del año pasado un reajuste del 5,12 por ciento.
Una de las cosas más llamativas, según las cifras al corte del 2013, es la dinámica que registra la vivienda de interés social (VIS) usada, que se encarece a un mayor ritmo que el resto de inmuebles, al cerrar el año pasado con una variación del 10,32 por ciento en su costo, por encima del incremento del 7,9 por ciento en las casas y apartamentos que no son de interés social.
El presidente de la Lonja de Propiedad Raíz de Bogotá, Jorge Enrique Gómez, señala que es indudable que se viene dando un fenómeno de mejor disponibilidad de poder adquisitivo en las familias de estratos medios y medios bajos.
“Hemos visto que la gente está teniendo más movilidad en la adquisición de este tipo de vivienda, cambiándose de una usada a otra usada”, señala el directivo.
Explica que al tener mejores condiciones económicas, se están dando este tipo de transacciones en todos los estratos, ya que las familias están buscando mejorar el barrio en el que residen, pero también adquirir una unidad mejor que la que tienen, es decir, con áreas más grandes y mejores acabados.
Además, los altos precios de la vivienda nueva, que en el caso particular de Bogotá aún no parecen tocar techo, han llevado a que los inmuebles usados se conviertan en una alternativa favorable para aquellas familias a las que el presupuesto no les alcanza para adquirir una casa o apartamento nuevo.
Así mismo, la vivienda VIS hasta los 200 millones, que tiene la tasa subsidiada, ha dinamizado la adquisición de inmuebles nuevos de este tipo, situación que ha provocado un efecto colateral en el usado, pues se genera un bien disponible para una demanda cada vez creciente en los estratos más populares.
Según la Lonja de Bogotá, entre el 70 y 75 por ciento de los compradores están alrededor del mercado del usado, en número de personas, mientras el resto lo ocupan quienes pueden estrenar.
Similar a lo que ocurre con los inmuebles nuevos, al cierre del 2013 la mayor variación de precios de la vivienda usada se dio en Bogotá (13,46 por ciento), seguida de las otras ciudades con el 8,17 por ciento y de Medellín, donde el índice real del precio de estos activos repuntó un 6,2 por ciento.
fuente: eltiempo.com
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